O chapeludo dos sonhos de Amorim deixa embaixada

O chapeludo Manuel Zelaya deixou a embaixada do Brasil em Tegucigalpa. Escreverei mais tarde sobre mais uma vexaminosa derrota deste incrível Celso Amorim. Fiquem com o texto do jornal El Heraldo. Está em espanhol, mas se lê sem qualquer dificuldade.

El ex presidente Manuel Zelaya abandonó esta tarde la embajada de Brasil, pocas horas después de la toma de posesión del presidente Porfirio Lobo Sosa.

Una caravana de unos quince vehículos de seguridad, policía y diplomáticos encabezada por el presidente hondureño y el de República Dominicana, Leonel Fernández, condujo a Zelaya al aeropuerto Toncontín.

El ex gobernante del Partido Liberal partió rumbo a Dominicana en el avión presidencial de Fernández, que despegó de la terminal aérea a eso de las 3:30 de la tarde.

“Volveremos”, dijo la ex primera dama Xiomara Castro en declaraciones a la radio Globo, afín al depuesto mandatario.

Zelaya permanecía refugiado en la embajada carioca [ATENÇÃO:  O JORNAL HONDURENHO CHAMA A EMBAIXADA BRASILEIRA DE “CARIOCA”] desde el pasado 21 de septiembre, cuando ingresó al país subrepticiamente.

Con la salida de Zelaya, el presidente Lobo Sosa cumple con lo pactado recientemente en el acuerdo de reconciliación firmado en Dominicana, donde se comprometía a otorgar un salvoconducto al ex presidente, separado del poder el pasado 28 de junio.

La caravana atravesó el bulevar Los Próceres y se dirigió a través del anillo periférico, fuertemente militarizado, rumbo al aeropuerto internacional, donde el ex presidente viajará rumbo de Dominicana.

Zelaya salió de la embajada junto a su esposa Xiomara Castro, su hija Hortencia Zelaya (Alias La Pichu) y el ex funcionario prófugo de la justicia Rasel Tomé a bordo de un carro gris con placas diplomáticas.

El inspector Rivera, de la Policía Nacional, aseguró que habrá cordones policiales en la zona del aeropuerto Toncontín, para garantizar la seguridad del ex mandatario, los ciudadanos, la propiedad pública y privada.

Las inmediaciones del aeropuerto capitalino permanecían atiborradas de miembros de la denominada resistencia, que llegaron a despedir a Zelaya, tal como éste se los había pedido con anterioridad.