O nosso blog na página de Juan Arias, do “El País”
Mais uma vez, sinto-me honrado em ver este blog citado por Juan Arias, correspondente no Brasil do jornal espanhol “El País”. Transcrevo trecho do seu texto intitulado “¿Están siendo secuestradas las manifestaciones de protesta de Brasil?” (íntegra aqui). (…) Sobre las manifestaciones callejeras de protesta de Brasil empieza a cernirse un grave peligro: el de […]
Mais uma vez, sinto-me honrado em ver este blog citado por Juan Arias, correspondente no Brasil do jornal espanhol “El País”. Transcrevo trecho do seu texto intitulado “¿Están siendo secuestradas las manifestaciones de protesta de Brasil?” (íntegra aqui).
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Sobre las manifestaciones callejeras de protesta de Brasil empieza a cernirse un grave peligro: el de ser secuestradas por grupos ideológicos violentos tanto de extrema izquierda como de extrema derecha, con una demonización de las fuerzas del orden y una puesta en cuestión de valores democráticos que deberían ser preservados a todas costas. También han empezado a aparecer las banderas de los partidos y sindicatos a los que la sociedad les estaba pidiendo cuentas.
Lo que había comenzado como la esperanza de un despertar de la gente para exigir de las instituciones políticas menor corrupción y mejores servicios públicos y, en definitiva, una democracia más amplia y participada a través de las nuevas redes de información, ha empezado a ser dominado por una serie de grupos extremistas que predican una cierta estética de la violencia contra el capitalismo clásico que acaba desembocando en anarquía, colocando en riesgo valores que deben ser sagrados para cualquier democracia moderna.
“Brasil no es Egipto, ni siquiera Turquía. Vivimos en una democracia política plena, con amplio derecho de organización y manifestación”, alerta Reinaldo Azevedo en su blog, que fue el primero en poner en guardia sobre el peligro de que las manifestaciones pudieran ser secuestradas por el extremismo violento de izquierdas al servicio de intereses oscuros al margen de los deseos de una regeneración de la política y de la democracia.
“Si los políticos son lamentables; si los servicios públicos son insuficientes, si la corrupción es insoportable, la única forma- ¡la ÚNICA!” de salir de ello es exigiendo mayor respeto a las leyes”, añade Azevedo, a quién le preocupa que lo que podría ser una primavera democrática pueda desembocar en un “régimen de Terror”.
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